domingo, 29 de junio de 2008

¿Quién dijo que somos iguales?

Claramente los hombres y las mujeres no somos iguales, no sé a quién se le habrá ocurrido tamaña idea, es cosa de mirarnos y analizarnos, tanto física como psicológicamente. No somos iguales, pero sí debemos ser mirados como iguales, como personas que a pesar de sus diferencias –propias de cada género- tienen idénticos derechos y deberes, y por consiguiente, las mismas oportunidades.

A veces se olvida que aunque somos diferentes anatómicamente, que diferimos en la forma de mirar ciertos aspectos de la vida y en cómo manejamos algunos sentimientos, estamos en el mismo rango, la misma “condición”: la del ser humano. Parece casi inconcebible que por el sólo hecho de poseer un par de pelotas se pueda optar a mejores sueldos, y que el sexo sea, finalmente, un factor determinante a la hora de quedar en un trabajo o gozar de otro tipos de beneficios.

Cada día la sociedad está más abierta a un cambio, pero como todo proceso suele ser lento y difícil, a punta de esfuerzo se pueden conseguir pequeños logros que con el correr del tiempo constituyen grandes pasos. Es complicado echar abajo años y siglos de un pensamiento bastante arraigado–que, obviamente, no sólo se reduce al ámbito laboral- , en que instituciones tan importantes dentro de la sociedad, como la Iglesia, han ayudado a instaurar mediante la culpabilidad.

Gracias al régimen del remordimiento, es que por años las mujeres hemos tenido que vivir mintiéndonos a nosotras mismas, reprimiéndonos, conteniéndonos todo el tiempo, con tal de mantener, asegurar y demostrar nuestra condición de “señoritas”. Ni un trago de más ni una palabra indebida ni un affair, caben dentro de este sagrado y siempre bien ponderado calificativo.

Puede que avancemos en leyes laborales, en el tratar de equipararnos en lo político, deportivo, entre otros aspectos. Quizás hoy no se tenga que lucir como Margaret Thatcher para poder conducir un país, ni menos resguardarse en características que están estrictamente ligada al sexo masculino, pero esto no servirá de mucho si no logramos cambiar la mirada, el cómo los hombres - e incluso de algunas mujeres, hay que decirlo- ven a su sexo opuesto en la cotidianeidad.

Debo reconocer que más de alguna vez he quedado ebria, y eso no me hace menos “señorita”, en varias ocasiones tomo a la par con mis amigos y eso no me convierte en menos “señorita”, si es por contar romances quizás le gane a muchos, y eso no me transforma en menos “señorita” y mucho menos en una puta, y si así quieren verme, que así sea, sólo puedo decir a mi favor que todo esto lo llevo a mucha honra. Quizás si fuese hombre podría ser la envidia del grupo, recibiría más de un palmotazo en la espalda a modo de aprobación y/o admiración, pero por el hecho de no tener las bolas “necesarias” los calificativos son distintos.

Invito a quitarnos la culpa, la vergüenza y mucho más. No hay nada como un garabato bien dicho en la circunstancia oportuna, y si no también, pero ojo, que hay que tener cuidado con la vulgaridad, que siempre resulta ser de pésimo gusto independientemente de dónde venga.

Ninguna de las actitudes anteriormente mencionadas me hace ser más ni menos “señorita”, ni con menos valores, ya que lo único que me hace ser suficientemente mujer es no traicionarme a mí misma ni a mi gente, es también el diario esfuerzo de ir siempre con la verdad como bandera de lucha por la vida, el enfrentar la adversidad con la frente en alto, el que no me tiemble la voz al momento de reconocer mis errores y el decir te quiero sin necesariamente tener la certeza de si seré correspondida. Esto, es para mí, lo que define y califica a una “señorita”, y para cumplir con lo anterior los huevos son un ingrediente dispensables en esta receta.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Haber, creo que debo tener cuidado con las palabras de este comentario. No se vayan a mal interpretar. Pero me pregunto en que epoca escribiste esto (cosa que deberias especificar en tus futuros articulos e historias),porque a medida que pasa el tiempo y vamos aprendiendo de la vida, esa desigualdad entre mujer y hombre es cada vez mas estrecha. Tambien es bueno decir que a la hora de que fueramos iguales nunca estariamos de acuerdo en nada, he ahi la gracia de la contraparte. O no?
Y bueno sino fuera asi de que otra manera podria ser?. En cuanto a la igualdad de poder (refiriendome en cuanto a politica, poder adquisitivo, oportunidades laborales, etc.) Esta quedando bien claro que eso ya es practicamente cosa del pasado en algunos casos. Yo como hombre no me considero machista, bajo ninguna circunstancia (quiza solo en que algunas mujeres no manejan muy bien), y bueno en realidad me parece muy bien que nos enfrentes y digas lo que tengas que decir bien fuerte. Para eso hay que tener HUEVOS :P. Eso pues salud y nos vemos

dijo...

Claro que las diferencias de oportunidades y de trato son cada vez menores, pero el punto es que aún existen y mientras así sea, siempre habrá algo que decir. Por eso, creo que estas palabras -escritas hace unos pocos días- seguirán rebotando en el aire por un buen tiempo.
Alejandro, aprecio tus palabras -sobre todo dp de nuestra última conversación- y espero que cuando vengas podamos hablar más al respecto,lo que siempre resulta interesante.
Un abrazo!
Ahhh! y claro hombre y mujeres no somos iguales, al fin de cuentas eso es lo entretenido, ya que se nos pasa la vida tratando de entendernos :P

Diseñador dijo...

Hola mi washona!

Te encuentro toda la razón... a pesar de que exista cada vez menos diferencias entre hombres y mujeres... faltaa muchoooo para ser vista de una igual manera...

Y a pesar de que los hombres sean tan diferentes y no los comprenda, debo decir QUE ME ENCANTAN jajajaj....

Te quiero mucho amiga!!
Muack

Anónimo dijo...

¡QUE COLUMNA TE MANDASTE! jaja...en serio, te quedó buena, queda más que clara tu opinión.

Obviamente, en temas como los laborales no puede haber diferencias, pienso esto porque tengo mamá, tías, primas, amigas que trabajan y tener o no tener pelotas como dices tú no hacen a alguien más inteligente o capaz.

Para otras cosas, que tal vez no vale la pena comentar y que tal vez tú te imaginas, quizás soy machista.

Se me ocurre igual que esa preocupación que señalas de ser "una srta." se puede vincular un poco con lo que escribiste en eso del copete, eso de que a veces luchas contra algunas ataduras pero que al final es más rico ser libre y no preocuparse tanto.

De que se ha avanzado en este tema se ha avanzado, aunque creo que todavía falta harto, porque no solo es un problema de hacer leyes que igualen las condiciones, si no que también tienen que cambiar pensamientos que vienen de otras épocas y que aún están aquí.

Además, ser iguales en todo, sería una lata...donde quedarían las discusiones y apuestas locas que salen por ahí? jejeje.

Juampa.

@mauvelasquez dijo...

A VER:
si fueras hombre, serías la envidia de todos cada vez que te veas al espejo desnuda y si haber pagado por ver a una chica en pelotas.
Después de mi comentario fútil, viene el mas "profundo". Estoy de acuerdo, pero no con todo. Conseguir una igual de derechos es una utopía que no solo se ejecuta a la altura de las pelotas, sino que tiene que ver con la naturaleza humana. Hay injusticias en todo orden de cosas, ricos y pobres, bellos y feos, capaces e incapaces. Eso,d esde mi punto de vista, siempre será así, pero no por eso vamos a aceptarlo, me basta con que haya un grupo que discrepe con tales realidades, para que el mundo sea un poco mejor.

Porotra parte, creo que por que te ligues a más hombres en una noche no te consideres puta es un tema más arcaico, al menos en nuestro circulo, porque claramente no te considerariamos puta o igual de puta que un weon que hace lo mismo... esas diferencias cada vez estan más equilibradas, y ya no miramos a las mujeres por debajo del hombro. Todo esto, al menos, en nuestro circulo, quizas generacional, social u de lo que ea, pero ya no somos los mismos y nunca erán los mismos, de ahí la teoría del cambio de las cosas.
un beso enorme chica y espero verte en chile cuando vaya.

pd: te invito a mi blog re-actualizado jejeje
adiosin