martes, 28 de octubre de 2008

Esperando…

A veces estar lleno de esperanza duele
Porque es esa extraña sensación la que te hace pensar,
Cada día, que lo que no ha llegado llegará
Que lo que no salió bien mejorará
Y que esa herida que está sangrando, lentamente,
Algún día dejará de doler.

A veces estar lleno de esperanza no es gran problema,

Porque no nos damos cuenta
De esa droga impalpable
Que nos metemos, no en el cuerpo, sino en el alma.
Pero a veces damos vuelta la mirada,
Nos salimos de nosotros mismos,
Y todo cambia
Porque es en ese condenado instante,
En que todo se detiene,
En que le ponemos off a esa máquina del tiempo que no para,
Cuando nos vemos desde afuera
Y comprobamos que aunque somos felices día a día,
Seguimos esperando…

Y eso, en ocasiones, duele
Porque a veces uno simplemente quiere
Que las cosas lleguen,
Que las personas te encuentren
Y, a la vez, hallarlas tú también
Que de una vez por todas, la herida no sangre silenciosamente,
Sino que deje de hacerlo para siempre

Y es en ese jodido momento,
Cuando nos vemos desde lejos,
Que el pecho se te encarruja,
Igual como cuando se arruga una hoja de papel,
Porque se hace latente y presente
Que aquí, donde siempre
Espero…
Y no de forma conformista
Sino porque todo se trata de esperar
Cuando te busco es porque espero encontrarte
Cuando hago todo por ser feliz es porque espero conseguirlo
Y esto no significa que vivamos de la espera o del futuro
Sino que, justamente, la vida se trata de eso…

Todo es espera
La gracia es que el tiempo no se nos vaya en eso,
No hacerla consciente,
Que la espera no sepa que la espero.
Por eso,
Tomo aire y renuevo las esperanzas,
La que, de cierta forma, es un sinónimo de espera,
Recolecto mi mejor ración
Y entonces
Espero…



(Hace unas cuantas noches desperté con el pecho apretado, con un dejo de angustia, y mientras mi ojos se acostumbraban a la oscuridad, fue en ese momento, durante un jodido segundo, que me di cuenta que aquí, sin más ni menos, espero...)